Ley de bode
Las teorías científicas y las leyes científicas están basadas en hipótesis, una teoría es la explicación de un fenómeno observado, mientras que una ley científica es la descripción de un fenómeno observado. Por ejemplo, las Leyes de Kepler, describen el movimiento de los planetas, pero no proveen una explicación para esos movimientos. Ambas ayudan a unificar un campo particular de un estudio científico, y ambas son ampliamente aceptadas por la mayoría de los científicos de una disciplina dada. Mientras que una teoría científica puede convertirse en una ley científica, no pasa muy seguido. No ocurre sólo porque una teoría pase un tiempo sin ser rechazada, o porque haya acumulado una cierta cantidad de información. Las leyes científicas son aplicadas a disciplinas específicas de la ciencia, como la biología, la física o la química.
LEY DE BODE
Se conoce como ley de Bode, a la hipótesis que existe en la distancia de un planeta con el sol, por medio de una regla simple que nos indica n= 0, 3, 6, 12, 24, 48, 96, etc. y la formula n + 4 / 10. De esta manera bode podía determinar la distancia de cada uno de los planetas con respecto al sol.
Kepler salió de aquel lugar donde vivía y se encontró a tychon de quien era disupulo y ambos nos ayudaron a saber varias cosas del sistema solar así mismo nos ayudaron a comprobar que Plutón no es un planeta ya que este se encuentra dentro del cinturón de kulper.
Los dos astrónomos llegaron a la conclusión de que entre marte y júpiter existía un hueco, pasaron 9 años William Herschel descubrió la distancia de Urano, y era tan aproximada a la de la formula y confirmo su velocidad. Bode recorrió todas las fuentes y reitero que debe de haber algo entre Marte y Júpiter. Después descubrió un asteroide que giraba hacia el sol, a 2.7 UA. Los astrónomos utilizaron la ley de Bode para localizar Neptuno, pero este demostró ser una anomalía dentro del sistema.
Cuando originalmente se publicó, la ley era satisfactoria para todos los planetas conocidos; Mercurio, Venus, Tierra, Marte, el cinturón de asteroides, Júpiter y Saturno. Hasta el año de 1781 fue descubierto Urano, Neptuno resulto ser la excepción a la regla, al no coincidir con la posición dada por la ley, pero cuando en 1930 se descubrio Plutón, este paneta se encontraba en la posición predicha.
Todo nos indica que las orbitas que Bode calculo no son las más probables, pero seguramente por ser las más estables y cercanas, y han facilitado mucho el sucesivo descubrimiento y ubicación de los planetas descubiertos más recientes, todo esto comenzó a tomarse en cuenta a partir de una divulgación de Bode y el descubrimiento de Ceres, Urano y Plutón.
Sin lugar a dudas, Ivan Kotliarov (también contactado para realizar
nuestra entrevista), en su trabajo “The Titus-Bode law revisited but non
revived”, ha sido mucho menos delicado que nosotros
en el modo de confrontar el trabajo de Poveda y Lara. Kotliarov critica
abiertamente el trabajo de los dos astrónomos mexicanos, impugnando entre
otras cosas el hecho de que las dos lagunas representen en realidad la
“promesa” de dos planetas aún por descubrir. De hecho, según el investigador
ruso, es inevitable que una formulación exponencial conduzca a estas lagunas,
pero ello no autoriza a interpretarlas como indicadores de la presencia de
planetas aún no descubiertos.
Conclusión: gracias a los estudios de Titus, Bode pudo llegar a los resultados que hoy conocemos que no son los correctos en cuanto a la distancia de los planetas con el sol peor los más cercanos
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